Este artículo nos habla de la neutralidad de la red. Partiendo del concepto básico de esta neutralidad se puede definir como: “garantizar que todos los paquetes de datos que recorren Internet deben ser tratados por igual con independencia de su origen, contenido o destino”. Hasta ahí todo el mundo está de acuerdo, pero el autor de este artículo nos quiere hacer ver cómo todo no es así.
La red no puede ser neutral porque no llega a todo el mundo. Se puede pedir su neutralidad en base a la gente a la que llega, pero no en el global de la ciudadanía. Hoy en día se puede hacer una división entre ciudadanos normales y ciudadanos “digitales”, y se le otorga a estos últimos una especie de superioridad sacada de su utilización de las herramientas de la red. Pero como afirma el autor de este artículo y bajo mi punto de vista también, no debe existir este tipo de división entre ciudadanos y mucho menos por el uso de unas herramientas que, hasta ahora, dependen del poder adquisitivo. Por lo que tenemos que ser conscientes que esta neutralidad de la red hace distinciones entre ciudadanos y aumenta las diferencias entre ellos, en vez de acercarlos. Es muy importante, por tanto, tener claro qué es lo que se pide. Los primero que el autor quiere y al que yo doy mi apoyo es, pedir a los representantes políticos que presionen a las operadoras (las cuales deben dejar a un lado sus intereses económicos) para que establezcan un entramado legal para que la red se extienda a la mayoría de población, tanto en términos de herramientas como en la enseñanza de su uso. Y en la medida que la red se extienda, su neutralidad aumentará de forma natural.
Otro aspecto por el que la red no puede ser neutral es ante problemas tan graves como la pornografía infantil, el racismo, el fascismo, las mafias internacionales o el tráfico de personas. Ese contenido no debe ser tratado por igual que los contenidos normales de cultura, ocio o informativos. Deben ser censurados y atacados, tanto en origen como en el destino. Por ello, los gobernantes también debería ofrecer protección y seguridad en este aspecto y, sobre todo a los grupos más expuestos entre los que se encuentran los niños. Y llegamos a un punto bastantes interesante. Nosotros como docentes podemos enseñar a los niños y niñas a ser competentes en el tratamiento de las TICs, a saber qué es lo que está bien y lo que está mal, el correcto uso del ordenador, páginas prohibidas…pero no estamos encima de ellos las 24 horas del día, entonces tenemos que tener la seguridad de que existe protección y seguridad en la red, que haga difícil el acceso a estas páginas “prohibidas”. Algo que hasta ahora no existe…
“Porque estoy convencido que la conversación entre todas las partes implicadas, buscar los puntos de unión y no atacar sin medida a todo aquel que no piensa como nosotros, es la mejor manera de garantizar esa neutralidad”
“Cuanto más exigente seamos, cuanto más informados estemos, cuanto más seamos, mas estarán obligados a tratarnos de manera transparente.”
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